En el místico castillo de la relentez, un pequeño y desfavorecido gatito se encontró por sí mismo en medio de la necesidad de ayuda.
El rincón de construcción, usualmente abuzz with actividad, permaneció en silencio al ver al gatito.
En el rostro de la sucia indiferencia, el gatito destrozado epitomizó la vulnerabilidad de esos entes olvidados.